Ataques de abejas a ciclistas

Los ataques de abejas no son muy habituales, tendemos a pensar que las avispas son bastante más peligrosas que las abejas. Pero hace unos quince días un vídeo del ataque de unas abejas a un grupo de ciclistas se hizo viral. Las imágenes grabadas por una cámara en el sillín de uno de los afectados hablan por si solas. Os lo dejamos a continuación.

Conociendo a las abejas…

Las abejas son una rama de los insectos himenópteros, insectos de alas membranosas es de los mayores órdenes de insectos. Con cerca de doscientas mil especies. De abejas se conocen actualmente  unas veinte mil especies. Como las hormigas, las abejas descienden de las avispas. Se supone que en sus orígenes eran depredadoras de insectos, pero con el tiempo se apuntaron al polen. Su nombre científico antófilos, viene del término anthophila, el que ama a las flores. La presencia de las abejas se extiende por todos los continentes a excepción de la Antártida. La razón es clara, allí donde existan plantas con flores ellas pueden vivir.

Por lo general las abejas suelen ser especies solitarias, así que no conforman enjambres. Pero siempre existen excepciones a la regla, y esa es la Apis mellifera, o abeja doméstica. Esta especie sí que es social y forma enjambres. Existen tres clases sociales en estos enjambres, las reinas, las obreras y los zánganos. Existen otras especies que son semi sociales, por lo que sus colonias no tienen la misma importancia que las de abejas domésticas, por ejemplo los abejorros.

¿Qué tipo de abejas son?

Ya lo hemos dicho y lo repetimos, los ataques de abejas no son habituales. Lo primero de todo debemos saber que este tipo de abejas son las denominadas abejas africanizadas o abejas africanas. Las Apis mellifera scutellata, son una sub-especie de las abejas domesticas. Las originales fueron llevadas a Brasil en torno a los años cincuenta del siglo veinte. El objetivo era crear una abeja que aguantase mejor el clima tropical. Como ya os hemos dicho en muchas ocasiones la globalización nos permite entender cómo es posible la aparición de especies invasoras en los últimos tiempos, y las dificultades del control de plagas. De tal forma que en década de los noventa del siglo veinte las abejas africanas ya estaban esparcidas hasta por América del Norte. Por si solas esta especie no son una gran amenaza para los hombres, pero sí que es posible que tengan reacciones como las del vídeo. Además Hollywood ha acuñado la leyenda de las abejas asesinas, el cine es solo eso cine.

¿Por qué atacan las abejas?

Para que se produzcan ataques de abejas algo debe molestarlas. Es así, si algo perturba la paz de la colmena las abejas se ponen a la defensiva. Por su colmena y en defensa de la misma es por lo que se muestran agresivas. Así que para evitar ataques de abejas lo mejor es no provocarlas. Una solución eficaz sería no transitar por colmenas, pero ni conocemos la ubicación de todas y tampoco podemos predecir la implantación de un enjambre fuera del lugar habitual.

Las abejas detectan amenazas por los sentidos, mayormente el ruido, los olores, los colores oscuros… Así que al paso por una colmena o cuando detectamos una, debemos evitar los ruidos. Si en nuestro jardín se ha instalado una colmena, hasta que no haya sido eliminada desiste de usar podadoras o el corta césped. Tampoco es conveniente que nuestro perro se dedique a ladrar a la colmena. Por supuesto no se te ocurra manipular la colmena, deja ese trabajo a profesionales.

Ataques de abejas, ¿qué hacer?

Bien lo primero que debemos decir es que ante los ataques de abejas, hacer lo que se ve en el vídeo no es la mejor idea. Si os fijáis el silencio relativo de la marcha ciclista se quiebra con los gritos al ser atacados. Muchos siguen con las bicicletas, aunque sea andando al lado de ellas, con lo que tienen las manos ocupadas. Bien vamos a ver qué podemos hacer en estas situaciones. Deberíamos olvidarnos de las bicicletas en este caso, abandonarlas hasta una mejor ocasión para recuperarlas. Y correr en línea recta, las abejas son lentas en su vuelo y se puede escapar de su ataque con relativa facilidad. Debemos buscar refugio. Aunque parezca inhumano, debemos pensar en ponernos nosotros a salvo, así que solo prestar ayuda a menores o personas de movilidad reducida. Pararnos a levantar o ayudar a un compañero puede significar ponernos en mayor riesgo a ambos, y es necesario que alguien pueda contactar con emergencias.

Nada de agitar los brazos en plan molinillo, eso enfurece aún más a las abejas. Necesitamos las manos y brazos para tapar en lo posible nuestra cara y brazos. Proteger las zonas sensibles, boca, ojos, oídos. Taparnos la cabeza y seguir corriendo. Si tenemos la capacidad de discernir hacía dónde sopla el viento, correr en su contra. Las abejas no son unas voladoras muy capaces y el viento en contra las hace desistir de su propósito antes. Llamad a emergencias, contarles en que zona estáis, el número de afectados y su estado. Las picaduras de abejas rara vez son mortales, pero siempre cabe esa desgraciada posibilidad. Por ejemplo es más fácil que un ciclista muera atropellado por un vehículo, que a causa de las picaduras de una abeja.