Legionelosis, qué es, preguntas y respuestas

Sin ninguna duda la legionelosis es una de las enfermedades más acuciantes a los que se enfrenta una sociedad como la nuestra. Los brotes de legionelosis se pueden evitar con unas buenas prácticas preventivas. Estas practicas incluyen mantenimientos y revisiones de los equipos susceptibles de contener la bacteria de la legionela. La legionelosis tiene una alta tasa de mortandad entre las personas más vulnerables de una comunidad. Ya sea por cuestión de edad o por sufrir patologías severas previas. Hoy nos hacemos una serie de preguntas sobre esta enfermedad y las contestamos.

I+D Control de Plagas

Somos una Empresa Registrada con el Nº 90-CM-S en el Registro de Establecimientos y Servicios Biocidas. Ofrecemos a nuestros clientes un completo servicio de prevención y control de legionella. Puedes contactar con nosotros desde los siguientes números de teléfono: 91 637 00 83 o en el 91 637 02 66 O bien el siguiente formulario de contacto:

Legionelosis qué es

Se trata de una enfermedad de origen bacteriano. Es causada por una bacteria conocida como legionela. Se trata de una bacteria que vive en el aire libra. Estando presente en la totalidad de los hábitats acuáticos. La legionelosis puede tornar en neumonías en los sujetos infectados.

Cómo llega a las personas

Obviamente el problema para las personas llega cuando de su hábitat natural la legionela pasa a las redes de las ciudades. La bacteria puede colonizar la red de abastecimiento de las poblaciones. De ahí pasa a los sistemas de agua sanitaria de edificaciones, a torres de refrigeración, piscinas, fuentes. En general a todos aquellos sistemas capaces de generar aerosoles. De ahí la importancia del control de esas instalaciones, para no producir ambientes que favorezcan la colonización y detectar con anticipación su presencia.

El nombre de la enfermedad

El nombre de la enfermedad ya lo hemos tratado en otras entradas. Recordemos que empezó a denominarse “enfermedad de los legionarios”, por un brote en una convención de los miembros de la Legión Americana en Filadelfia en 1976. Con el tiempo la bacteria causante de la enfermedad paso a denominarse Legionella pneumophila. Con este nombre la enfermedad se pasó a conocer como legionelosis.

Su gravedad

La gravedad de la enfermedad puede pasar de leve a mortal. Todo depende de las condiciones de salud del infectado y de su rango de edad también. Se considera que casi un treinta por ciento de la población adulta, posee anticuerpos. Esto significaría que en algún momento estuvieron expuestos a la bacteria.

El contagio, y quienes se contagian

Lo primero aclarar que en la actualidad no existe ninguna evidencia de que la enfermedad se transmita entre personas. El contagio es por el aire, lo que la hace impredecible. En principio todos somos potencialmente acreedores a contagiarnos. Pero está demostrado que en mayor grado afecta a personas con un sistema inmunulógico débil. Ya sea por alguna enfermedad crónica o por algún tratamiento médico invasivo. Las personas de edad avanzada también son un sector de riesgo.

Los síntomas, y su tratamiento

Los síntomas de la legionelosis pueden confundirse con los de una gripe común. Así aparecen dolores de cabeza y/o musculares, aparece tos seca, procesos febriles, etc. En exploraciones más exhaustivas pueden llegar a aparecer síntomas de neumonía. La enfermedad se incuba en un periodo de dos a diez días. Los tratamientos incluyen los antibióticos, y deben empezar antes incluso de tener los resultados del laboratorio, pues en estos casos la velocidad de reacción es vital.

La dificultad de su diagnóstico

Al tener unos síntomas similares a la gripe y otras enfermedades bacterianas, el diagnóstico es complicado. A eso se suma que los análisis o pruebas de laboratorio rutinarias no detectan la enfermedad. Solo lo hacen unas pruebas muy especificas, y eso conlleva que el diagnóstico se posponga. La legionelosis es una de las enfermedades que las autoridades sanitarias Europeas tienen la obligación de declarar. Esto es, en cuanto se detecta un brote ha de hacerse público. Sobre ella se cierne la sombra de que en realidad, pese a la obligación de declararla, no se declaran todos los casos. Así se da la curiosa paradoja de que España es uno de los países en los que más brotes se declaran. Frente a otros países que con peores condiciones a priori son de los que menos brotes declaran.